domingo, 22 de diciembre de 2013

Camino de post-it

Si algo he aprendido en mi corta vida es que lo más complicado en este mundo (incluso por encima de las estrellas, como explicaba Ratón Comprometido) son las relaciones humanas.

Y si hay que buscar una razón para ello más allá de nuestro egoísmo, sin duda es nuestro problema de comunicación:


Hay personas que piensan que debe decirse todo a la cara y sin rodeos. Según ellos el ideal para una buena comunicación es la sinceridad "brutal", caiga quién caiga.

Otros callan mucho más de lo que dicen. No quieren entrar en conflicto y procuran que sus palabras no sean provocativas.

Ambos tipos de personas tienen un aspecto en común: A la hora de comunicarse, solo piensan en si mismas.

Los primeros solo desean quedarse a gusto, su sinceridad se convierte en su excusa. Y que los demás hagan lo que puedan con sus palabras.

Los segundos solo desean quedarse a gusto, cómodamente desde su posición, eludiendo posibles opiniones encontradas... en el fondo hay un sentimiento de o bien los demás no pueden aportarme nada, o bien no puedo aportar nada al resto (o no va a servir de nada porque nadie cambia de opinión).

Yo hago todo lo posible por enmarcarme en un tercer tipo de personas (aunque suelo pecar de quedarme en los segundos). El tercer tipo de personas consideran que la comunicación es vital para el crecimiento, tanto de uno mismo como del otro, y como tal, la comunicación debe ser cuidada... no se busca quedarse a gusto si no tratar de entender al otro y comunicarse de tal forma que al otro sea fácil y amigable entendernos. Se trata de una comunicación más práctica, más potente, más útil.

No lanzamos nuestro mensaje hecho una bola de papel y allá el otro se apañe, no. Se busca el entendimiento mutuo como objetivo, salir de uno mismo y que las palabras puedan tener efecto, tanto en uno mismo como en el otro.

Siempre partiendo de un principio esencial: la relación con la persona que tenemos delante es más importante que el tener razón.

¿Tú eres de los que usan la comunicación como un arma y defienden a capa y espada sus pensamientos con el único objetivo de tener razón? ¿o eres de los que elude el diálogo por "miedo" (o por vagueza) al enfrentamiento? ¿o tal vez eres de esos que ve en la comunicación una oportunidad de crecimiento mutuo?

Seas quien seas... ¿hablamos?

PD: No se os olvide cuidar también el canal (consejo de uno que acaba de ponerse whatsapp):


LEÓN CONFIADO

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