domingo, 24 de febrero de 2013

S = 2f

... O en otras palabras, salud igual a felicidad y fé. Y para analizar esta conclusión, os dejo el siguiente texto:

"En la década de 1950, un hombre al que en literatura médica se conoce como "Mr. Wright" se moría de cáncer en los ganglios linfáticos. Postrado en la cama, con tumores del tamaño de una naranja repartidos por el cuerpo, apenas podía respirar, y sus médicos le dijeron que no tenía esperanzas de recuperación. Sin embargo, Mr. Wright había oído hablar de un nuevo medicamento llamado Krebiozen y rogó a sus médicos que lo intentaran. Éstos, aunque dudaban de su eficacia, accedieron. Animado por la creencia de que estaba curado, a los tres días Mr. Wrigth paseaba por el hospital, bromeando con las enfermeras, mientras los tumores se reducían a la mitad de su anterior tamaño. Diez días después, le dieron el alta.

Sin embargo, Mr. Wright no tardó en leer en la prensa noticias descorazonadoras en las que se cuestionaba la utilidad de Krebiozen. Y su actitud cambió. Perdió la fe en el medicamento, se desanimó y pronto sufrió una recaída. Así que sus médicos se aliaron para conseguir que recuperase la salud mediante un engaño. Le dijeron que no hiciera caso de la prensa, porque ellos iban a darle una versión nueva, y una dosis mejor, de Krebiozen. 

No había tales cosas. Lo que los médicos le inyectaron no era más que agua destilada. Pero creyendo una vez más que podía curarse, la salud de Mr. Wright mejoró de manera espectacular, y de nuevo volvió a casa. Por desgracia, después de leer en la prensa la noticia de que finalmente se desacreditaba el Krebiozen, murió en el plazo de un día."

Porque el ser humano es extraordinario.

HALCÓN CURIOSO

1 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad, el ser humano es increible

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